El chavismo rebasó todos los límites en su escalada antidemocrática, con la convocatoria de unas elecciones constituyentes ilegítimas y el secuestro de dos opositores. El Ejecutivo español decidió responder retirando los visados a todos los miembros del régimen. Es una respuesta en línea con la política adoptada por la UE, la cual no quiere ir más allá de penalizaciones puntuales de carácter administrativo.
Sin embargo, la gravedad de las acciones de Nicolás Maduro exige una respuesta europea más contundente, en forma de sanciones personales y patrimoniales contra el presidente y sus colaboradores. Le corresponde a España, por su peso en la UE y su especial vínculo con Venezuela, la tarea de impulsar una mayor implicación de la Unión en tan grave conflicto.
