
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, visitará España la semana próxima. Pese a lo muy breve de su estancia, el representante europeo ha precipitado un encuentro con el recién elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Ambos son socialistas, pero no puede dejar de sorprender la relevancia que, con este gesto, Moscovici atribuye a Sánchez, pese a que apenas pasó un mes desde que ganó las primarias de su partido y recuperó el liderazgo.
El comisario lo sitúa así prácticamente a la altura del ministro de Economía, Luis de Guindos, a quien le corresponde el papel de ser su anfitrión en España y que es, además, su interlocutor habitual. El malestar que Moscovici crea en el Gobierno español con su proceder resulta, por tanto, comprensible.