
Las familias y las empresas hicieron sus deberes durante la crisis. Así, su desapalancamiento es el mayor en la Unión Europea, superando los 502.000 millones desde 2010. Gracias a ese esfuerzo, el pasivo privado se sitúa en el 166,1% del PIB, en línea con el resto de países europeos. Por desgracia, el global de la deuda (pública y privada) es similar al de hace siete años, porque la Administración ha elevado su pasivo en la misma proporción que familias y empresas lo reducían.
De hecho, se ha incrementado en medio billón de euros, hasta alcanzar el 99% del PIB. Urge que el sector público tome ejemplo del privado y reduzca su deuda. Un pasivo tan elevado constituye un peligro latente, que hace muy vulnerable a España a posibles alzas de las primas de riesgo.