
Apenas un año ha bastado para que sean manifiestas las escasas capacidades de los nuevos canales de TDT. Marcas como DKiss o Ten no llegan al 1% de audiencia, una proporción insignificante comparada con los ratios, siempre rondando el 30%, que arrojan tanto Atresmedia como Mediaset. Ambos gigantes se han consolidado como grupos de varios canales que se refuerzan mutuamente y se hallan en las antípodas de los operadores aislados, dueños de una sola señal, que el Gobierno fomentó en la última adjudicación de frecuencias.
El concurso de octubre de 2015 fue, por tanto, una oportunidad perdida de propiciar el surgimiento de un nuevo jugador de peso, necesario para acabar con el duopolio de los dos grandes.