El expresidente de Cepsa, Khadem Al-Qubaisi, utilizó a su socio Jho Low en la compra de Coastal en 2014. Nada habría de extraordinario si no fuera porque Low es uno de los hombres más buscados por el FBI. Está implicado en un escándalo de blanqueo que asciende a 7.000 millones, y por el que ha sido detenido el propio Al-Qubaisi.
Además, Ipic, el único accionista de Cepsa, redujo en un tercio el valor de la compra, con lo que, a las dudas sobre cómo se realizó la operación, se suma su cuestionable rentabilidad. Hasta ahora, la petrolera argumenta que la compra contaba con el visto bueno de los reguladores. Es cierto, pero resulta evidente que hay muchas dimensiones de esta operación aún por explicar, con objeto de que no le cree problemas mayores.
