El informe Cetelem sobre consumo deja datos positivos como la recuperación de sectores estratégicos (electrodomésticos, muebles, tecnología...), que ganan protagonismo en los gastos de las familias españolas, tras perder ventas durante la crisis. Pese a ello, el informe también incide en la ralentización del consumo desde diciembre.
El porcentaje de compradores que esperan a las rebajas o que posponen los desembolsos más cuantiosos ronda el 50%. Se trata de tasas demasiado elevadas que no se explican sólo por el cambio en los hábitos de compra que introdujo la crisis. La razón del freno es la incertidumbre política. Los consumidores necesitan estabilidad y, si no se les garantiza, acabará gripándose un motor clave del PIB español.
