
Son bien conocidas las dificultades que la renovación de la cúpula de la CNMV plantea por culpa de la interinidad política. Con todo, esa parálisis puede desencadenar una situación aún peor en el Banco de España, cuando en enero Fernando Restoy deje de ser subgobernador. No se trata aquí de un mandato que expira, ya que Restoy se marcha al Banco de Pagos de Basilea.
Por tanto, no cabe recurrir a una prórroga ni tampoco designar un sustituto, ya que la normativa del supervisor no lo contempla. El nombramiento de un cargo de tanta importancia sólo es competencia de un Gobierno con plenos poderes. En consecuencia, prolongar la interinidad hasta enero tendrá graves consecuencias como es generar un vacío en una institución fundamental del sistema financiero.