
El Estado elevó su déficit al 2,6% en julio, ocho décimas por encima del objetivo y un 19% más en relación al mismo mes de 2015. Al mismo tiempo, la Seguridad Social registró un desvío de 5.721 millones, con lo que va camino de cerrar el ejercicio con un agujero récord, superando por mucho el tope del 1,1% previsto.
El incremento en ambos indicadores de la Administración central, unido a la complicada situación de las comunidades autónomas pone en peligro la nueva senda del déficit. Se trata, por tanto, de señales de alarma que no se pueden obviar y a las que sólo cabe poner remedio mediante la elaboración de unos nuevos Presupuestos que garanticen el cumplimiento de las metas exigidas por Bruselas.