El BCE, muy probablemente, anunciará el jueves una revisión de sus compras de deuda pública. Lo habitual era que las adquisiciones se repartieran por países según su peso en la eurozona. Ahora el eurobanco baraja primar el pasivo emitido. El nuevo criterio beneficiaría a países como Italia y España, por su alta deuda. Pero el efecto de esta política puede ser más amplio.
Hasta ahora, el BCE compra, sobre todo, bonos alemanes, un caladero que se le agota. No en vano establece un tope mínimo a la rentabilidad de los bonos que adquiere y cada vez son menos los activos teutones que respetan ese límite, ya que sus intereses se están derrumbando. Con una revisión de su política de compras, el BCE evitaría socavar aún más el bono alemán y alimentar una anomalía peligrosa.