Hoy se constituyen el Congreso y el Senado de la duodécima legislatura. La ministra de Fomento, Ana Pastor, se halla bien posicionada para lograr la presidencia de la Cámara Baja, gracias a que cuenta con el apoyo de Ciudadanos. La colaboración entre ambos partidos empieza así a mostrarse como el mejor recurso para acabar con la parálisis de las instituciones.
Por ello, sólo cabe aplaudir que Ciudadanos esté dispuesto a llevar su actitud constructiva más allá, de modo que contribuirá a la investidura del ganador de las pasadas elecciones, Mariano Rajoy, previsiblemente en segunda vuelta mediante abstención. Pero todavía más importante es el hecho de que el partido naranja allana el camino hacia la aprobación de los Presupuestos Generales de 2017.
No en vano la formación que lidera Albert Rivera está dispuesta a respaldar el techo de gasto sobre el que el PP quiere elaborar las próximas cuentas del Estado. Se trata de un gesto de gran importancia. La fijación del límite que debe acatar el conjunto del desembolso no financiero del sector público es la condición sine qua non de todo Presupuesto. Pero este año ese paso es todavía más vital considerando la desviación del déficit público y la imperiosa necesidad de corregirla para evitar la histórica multa con la que Bruselas amenaza a nuestro país.
Prorrogar las cuentas de 2016 no es una opción, ya que se necesitan ajustes extra no contemplados en el Presupuesto vigente. Medidas de urgencia como los cambios anunciados en Sociedades sólo afectan al calendario de pagos. Lo realmente necesario es la aprobación de unas nuevas cuentas respetuosas con nuestros compromisos fiscales y Ciudadanos demuestra responsabilidad al dar el primer paso para que sean una realidad.
