Editoriales

Fin del bloqueo a Mariano Rajoy

Las elecciones del pasado domingo volvieron a dibujar un Parlamento fragmentado, pero existe una notable diferencia con respecto a diciembre. La voluntad de bloqueo pierde fuerza entre todos los partidos y estos ya dan por hecho que el ganador, Mariano Rajoy, formará Gobierno. Se trata de una postura adecuada, sobre todo en lo que concierne al PSOE, el partido que sigue siendo clave para que la investidura de Rajoy prospere.

Es cierto que el azar puede favorecer una inaudita carambola parlamentaria, capaz de contribuir a la gobernabilidad sin que el partido de Pedro Sánchez renuncie a darle un nuevo no al presidente en funciones. La jugada pasa por un pacto PP, Ciudadanos, PNV y CC al que se podría añadir la abstención del diputado de Nueva Canarias que se integrará en el Grupo Socialista. Pero, más allá de tactismos, en el seno mismo del PSOE se oyen voces que defienden la plena legitimidad de Rajoy para volver a gobernar, como demostró el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Permitir al candidato del PP que forme Gobierno implica adoptar una posición justa, en la medida en que ha vuelto a ganar las elecciones, y lo ha hecho ampliando su mayoría. Pero, sobre todo, demuestra sensatez, por parte de sus opositores, puesto que nada sería más perjudicial como abocar el país a unas terceras elecciones y elevar los perjuicios que la interinidad y el complejo escenario exterior provocan en el PIB, cuyas previsiones de avance para 2017 ya han sido reducidas por JP Morgan y Bank of America.

Aun cuando persisten retos, como las previsibles dificultades para aprobar unos nuevos Presupuestos, el fin del bloqueo a Rajoy es una buena noticia para la economía española y para el país en conjunto.

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