
Los bajos precios a los que Dia ofrece el aceite de oliva suave en sus supermercados han revolucionado el sector. Los sindicatos Coag y Asaja ya han instado al Ministerio de Agricultura a que investigue cómo es posible que la empresa venda a 2,19 euros el litro, notablemente por debajo de las cotizaciones en las almazaras y de los costes de producción. De hecho, el análisis del precio medio en origen revela que se sitúa en el entorno de los 2,6 euros.
A primera vista, podríamos encontrarnos ante un nuevo caso de ventas a pérdidas, en los que Dia ya tiene experiencia. Basta recordar que, en mayo pasado, retiró varias marcas de leche en Asturias que ofertaba a un precio de 20 céntimos el litro. Volver a incurrir en la venta por debajo de costes ya constituiría una importante acusación sobre Dia pero, en el caso del aceite, la situación puede ser incluso más grave.
No en vano Agricultura ya recaba datos para determinar si la rebaja de precios se debe a una adulteración del producto, consistente en mezclar el aceite de oliva con otros procedentes de semillas. Además, lo ha puesto en conocimiento de los Gobiernos autonómicos, los cuales deben culminar la investigación. Por tanto, no se trataría solamente, como ocurrió en el caso de la leche, de la banalización de un alimento con objeto de utilizarlo como reclamo comercial, sino de un fraude en toda regla al cliente, quien, presuntamente, está adquiriendo un producto que no se corresponde con la calidad de la que se le informa en el etiquetado.
De momento, la cadena de supermercados se limita a negar las acusaciones, pero una sospecha de tanto calado como el posible engaño al consumidor exige mayores explicaciones.