Editoriales

Los residuos tóxicos desbordan El Cabril

El Cabril, vista aérea de la instalación. Foto: Enresa.

Enresa se ve obligada a frenar la recepción de residuos radiactivos procedentes de hospitales, obras o laboratorios en su almacén El Cabril. Esta instalación cordobesa está desbordada en la medida en que cuenta con dos ubicaciones específicas para este tipo de materiales, una ya repleta y otra cuya construcción se ha terminado, pero que no ha recibido los permisos para entrar en funcionamiento.

Enresa debería haber sido más eficiente en el manejo de sus plazos, considerando que El Cabril en su conjunto ya ofrecía, en 2015, muestras claras de falta de capacidad. Toda previsión es poca cuando se trata del manejo de unos residuos que, aun cuando se consideran de baja actividad, tardan 30 años en perder sus propiedades nocivas.

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