
El PSOE vuelve a utilizar electoralmente los ataques a la reforma laboral, ya que ayer distinguió su derogación como un "principio de Gobierno". Sin importarles su incoherencia, los socialistas vuelven a demonizar esta norma, clave en la recuperación del mercado de trabajo, después de haber abrazado todo tipo de posturas hacia ella.
De hecho, llegaron a concurrir a las elecciones de diciembre con una posición respetuosa con las líneas maestras de la reforma. Por tanto, todo apunta a que el nuevo bandazo del PSOE responde a un intento de disputar el terreno en el que Podemos-IU se sitúa, lo que constituye un grave error. Si los socialistas radicalizan sus posturas, sólo lograrán cargar de legitimidad a quienes aspiran a dominar la izquierda.