
El Parlamento de Cataluña ya ha dado luz verde a sus cuentas en las que se prevé un alza del gasto general del 2,3% con respecto a 2015. Sin embargo, el descenso a los detalles delata la existencia de avances de más cuantía en partidas particulares como los sueldos.
En concreto, los diputados catalanes y el personal de la Cámara verán elevadas sus retribuciones en un 5%. Resulta difícil ocultar la plena incoherencia de ese incremento en una autonomía cuya Administración fue la que mayor déficit registró en el ejercicio pasado y cuya situación financiera es límite. Pero aún es más flagrante la contradicción cuando se considera que la Generalitat todavía baraja una nueva subida del IRPF a las rentas más altas.