
El Gobierno saudí se halla dispuesto a reconocer un retraso de hasta 14 meses en la construcción del AVE a La Meca. Es buena noticia para el consorcio español, que no sólo había tenido que asumir las demoras del grupo chino-saudí que se encargó de la primera fase del proyecto (la instalación de plataformas).
Además, tuvo que sufrir la impaciencia de Riad, que amenazó con rescindir el contrato. Las presiones alcanzaron el punto de envenenar la relación entre las empresas; OHL, incluso, retiró su confianza al consejero delegado del grupo, Santiago Ruiz. El cambio de actitud del Ejecutivo saudí, por tanto, no sólo es justo, sino también imprescindible para que se elimine la amenaza de sanciones económicas y un proyecto de tanta complejidad pueda terminarse.