
Enrique Hevia plantea otro pulso en el seno de Freixenet al primer accionista: la familia Ferrer. Después de amenazar con irse, ahora Hevia busca aliarse con los otros propietarios, los Bonet, para sumar un 58% y tomar el control. Está por verse si el plan prosperará; lo que es ya evidente es que la lucha interna aún marca al consejo de administración, en un momento delicado para Freixenet, en el que pierde facturación, mientras su directo competidor, Jaume Serra, avanza.
En este contexto, la empresa parece necesitar el revulsivo que supondría el plan de Hevia de dar entrada como nuevo socio a Henkell. El gigante aportaría un enfoque más industrial a la gestión y sería un aliado clave para recuperar negocio en el primer mercado externo de Freixenet: Alemania.