
El Banco de España es optimista ante la marcha de la economía en el primer trimestre. Tras analizar indicadores como las matriculaciones de vehículos o las ventas minoristas, concluye que el consumo mantiene el vigor que exhibió en 2015. Parece así factible concluir que el PIB está saliendo indemne del clima de inestabilidad con el que se inició 2016, sobre todo, en el ámbito político. Sin embargo conviene ser cautos.
En las cifras de consumo, son clave las compras de bienes duraderos, caracterizados por el hecho de que la decisión de adquirirlos se toma con notable antelación. Es probable, por tanto, que las estadísticas actuales estén sesgadas al alza por ese decalaje, por lo que los posibles efectos de la incertidumbre en el PIB (y el empleo) aún están por manifestarse.