Editoriales

La refinería iraní provoca reticencias

El consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, se mostró ayer muy duro con las expectativas que presenta el proyecto iraní de instalar una refinería en la costa andaluza. No puede sorprender el escepticismo de Miró ante un proyecto que compromete 1.800 millones de inversión, en el que el único socio español de Teherán es una pequeña ingeniería, Magtel, de escasa transparencia (sus últimos datos financieros públicos son de 2010).

Las reticencias crecen al considerar la difícil situación de las refinerías, 20 de ellas cerraron en la UE en la última década, y el tira y afloja entre Irán y Exteriores sobre cuál será la ubicación de la infraestuctura (Algeciras o la costa de Huelva). Conviene aclarar todos estos aspectos para que la refinería se perfile como un proyecto de futuro.

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