Editoriales

Un duopolio que debe terminarse

La concesión de seis nuevas licencias de TDT, que el Gobierno llevó a cabo el pasado octubre, constituía una oportunidad de oro para propiciar la creación de nuevos jugadores de peso en un mercado que se encuentra dominado por dos grandes grupos: Atresmedia y Mediaset.

Sin embargo, no ocurrió así, en la medida en que ambos pesos pesados se beneficiaron del nuevo reparto, recibiendo una nueva licencia cada uno, lo que implicó consolidar el statu quo existente, el cual asegura que el 90 por ciento del negocio publicitario esté en manos de los propietarios de Telecinco y de Antena 3.

En este contexto, no puede extrañar que sea precisamente la Asociación Española de Anunciantes la que haya presentado un recurso ante el Supremo contra la concesión de las mencionadas seis licencias, denunciando los perjuicios que su actual reparto implica para la competencia.

El Tribunal ha admitido la demanda, lo que supone que investigará la posición de dominio de los dos grandes. Es cierto que no es la primera vez que aquéllos se enfrentan al Supremo y salen indemnes. En 2015, sus jueces estudiaban la necesidad de retirarles otros ocho canales concedidos entre 2005 y 2010 de forma excepcional, sin concurso público, cuando la TDT se estaba implantando. Atresmedia y Mediaset consiguieron suspender el proceso mediante un pacto con el querellante.

Como resultado, se mantiene en pie una situación de privilegio que también han denunciado otras instituciones, como la CNMC, sin haber obtenido resultados efectivos. Urge, por tanto, poner fin a prácticas duopolísticas que, desde hace años, se consideran intolerables y se han erradicado en otros mercados.

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