La depreciación del crudo, que ha caído un 78 por ciento, no solo trastoca las cuentas de los países productores. Wells Fargo anunció que tiene una exposición al sector energético de unos 17.000 millones. Ahora son Bank of America, Merrill Lynch y Morgan Stanley quienes se confiesan: entre 1% y el 6% de sus activos energéticos corre peligro.
El revés, sin embargo, no es para alarmarse, aun a sabiendas de que la agencia S&P advierte de que el 50% de estos bonos están en riesgo de impago. El impacto en sus cuentas puede compensarse por los beneficios que supondrá la recuperación de márgenes por el inicio de las alzas de tipos en el país, siempre y cuando no se produzcan mayores desplomes en el mercado del crudo.
