
Telefónica trabaja ya para segregar una gran división de infraestructuras, que agruparía gran parte de su negocio de antenas, centros de datos y cables. La creación de filiales de este tipo es una tendencia entre las telecos, ya que empresas como Telecom Italia o América Móvil lo han hecho.
Pero Telefónica no sólo sigue una corriente, sino que aprovecha la oportunidad de hacer negocio con una red tan amplia como la que tiene a su disposición (sólo su número de torres asciende a 60.000).
No debe extrañar que la nueva filial, que es candidata a cotizar parcialmente en bolsa, pueda alcanzar una valoración de hasta 10.000 millones. La estrategia de Telefónica le permitirá así liberar cuantiosos recursos para otros proyectos, al tiempo que pone en valor sus infraestructuras.