El presidente Mas encajó un duro revés al ver cómo su lista, Junts pel Sí, no lograba la mayoría absoluta de escaños. Pero el verdadero alcance del tropiezo de Mas aflora cuando se toma al pie de la letra su plan, y se dota a los comicios de carácter plebiscitario. En una consulta así, el objetivo es movilizar a todo el censo electoral, con independencia de sus preferencias partidistas. Por tanto, proyectando los resultados el 27-S sobre el conjunto de la población con derecho a voto (5,3 millones), se obtiene que el secesionismo obtendría un apoyo del 37%.
En otras palabras, el fracaso de Mas a la hora de lograr una mayoría reforzada que legitimara la independencia sería rotundo, y ya son muchos los que el president acumula. Su única opción coherente, por tanto, es dimitir.