
CDC, el partido del presidente catalán Artur Mas y del exmolt honorable Jordi Pujol, ingresó, entre 2007 y 2013, 14,1 millones cuyo origen no ha podido justificar ante el Tribunal de Cuentas. Más allá de la, de por sí, abultada cifra, debe prestarse atención a la manera en que se vehiculaba.
Todos son fondos procedentes de las fundaciones ligadas a Convergència y a sus grupos institucionales de toda índole, lo que delata que esos satélites, lejos de cumplir sus teóricas funciones doctrinarias o culturales, sirven ante todo como medio de obtención de fondos, ajeno al cauce regulado. El hecho de que incluso la propia federación CiU fuera origen de recursos de este tipo revela hasta qué punto la financiación opaca se institucionalizó en CDC.