España ha hecho los deberes y, tras los duros años de crisis, el país vuelve a crecer a un ritmo sostenido. Así lo afirmó el FMI la semana pasada, que auguró un crecimiento para nuestro país del 3,1% en 2015, el doble que el de la eurozona; y así lo afirma también el estudio de Freemarket Corporate Intelligence que considera que "la economía española anotará una tasa de crecimiento del PIB muy superior a la proyectada por el consenso de los analistas y por la mayoría de los organismos internacionales".
Sin embargo, hay ciertos riegos a tener en cuenta, entre ellos, el auge de las formaciones de izquierda radical en nuestro país. Según Freemarket, la posibilidad de que los ciudadanos elijan un Gobierno de corte syriziano en España puede dar al traste con el crecimiento sostenido y el vigor que ahora muestra la economía en nuestro país. Mucho más, si en las negociaciones de Bruselas con Grecia de estos días se hace alguna concesión al país heleno, lo que podría suponer un riesgo de contagio para nuestro país así como una forma de legitimar a Podemos.
Y es que la llegada al poder de este tipo de partidos, que promueven un mayor incremento del gasto público y rechazan de plano las reformas, sólo agrava las dificultades que todavía existen en España y que se deben tratar de corregir. Entre ellas, la elevada deuda pública, la necesidad de ahondar en una reforma laboral más flexible con salarios más competitivos o la culminación de la reforma de la Administración Pública para conseguir un mayor recorte del gasto del Estado. Unos proyectos que sólo podrán llevarse a cabo con un Gobierno sensato y estable. Un Ejecutivo de izquierda radical, como se ha demostrado en Grecia, daría al traste con los logros conseguidos hasta el momento.