
Las autonomías se sublevan. Con la llegada de los partidos de izquierdas al Gobierno de varias regiones, el Consejo de Política Fiscal y Financiera celebrado ayer estuvo marcado por el desacuerdo entre los líderes regionales y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
En este primer encuentro con los consejeros autonómicos tras el 24-M, todas las regiones gobernadas por los socialistas votaron en contra de los objetivos de déficit de los próximos ejercicios, alguna del PP se abstuvo e incluso las que se han mostrado a favor advirtieron de las dificultades para cumplir con los topes fijados.
La intención de Montoro de recordar a las autonomías que deben ajustarse el cinturón para cumplir con el déficit quedó en agua de borrajas ante tal rebelión. A pesar de que las CCAA deben cerrar 2015 con un déficit no superior al 0,7% del PIB y en 2016 tienen que finalizar en el 0,3%, el PSOE demandó acabar el próximo ejercicio en el 1,4%. Los nuevos Ejecutivos apuestan por incrementar el gasto autonómico sin realizar más ajustes presupuestarios.
Para llevar a cabo esta petición se benefician de la pasmosa permisividad de Hacienda durante la legislatura ante los incumplimientos sistemáticos del déficit regional. Y es que Montoro no sólo no ha sido capaz de embridar las cuentas de las autonomías, sino que además ha propiciado los infringimientos a través de dádivas como la condonación de los intereses de los préstamos concedidos por el Estado. Esta mala praxis de Hacienda ha provocado una rebelión que podría comprometer el crecimiento. Montoro debe sancionar a aquéllas que incumplan con el déficit, ya que hay que continuar con los ajustes para no menoscabar la estabilidad presupuestaria.