La intensidad y duración de la crisis ha convertido en creencia indiscutida la que defiende que la desigualdad se disparó en España. Sin embargo, las cifras lo desmienten. La Fundación Faes sitúa el porcentaje de población en "estado de privación material severa" en el 5,5%, aún en la media europea, tras incrementarse un punto y medio respecto a 2003-2008.
Sólo en Reino Unido, el avance fue del 4,6% al 7,8%. Resulta falaz señalar a España como un caso extremo de inequidad, como también lo es el discurso político que achaca esa supuesta situación a la existencia de una casta acaparadora, desdeñando las ineficiencias laborales o educativas. Conviene que la demagogia deje de dominar el debate sobre un tema de tanto calado como es la desigualdad.