
EDP Renováveis, la filial de renovables del grupo portugués ultima la salida a la Bolsa de Madrid de parte de los activos de los que dispone en Europa, cuya potencia está concentrada sobre todo en España (un total de 2.200 MW). El vehículo del que EDP se servirá para su operación es bien conocido en el sector por sus buenos resultados.
Las yieldcos son sociedades escindidas de una matriz que, gracias a sus recurrentes ingresos, permiten pagar un alto dividendo. Siete compañías de este tipo ya cotizan en EEUU y, en España, el camino lo abrió Saeta, que ya está proporcionando buenos resultados a su empresa madre, ACS. Pero EDP no sólo aprovecha el potencial de las yieldcos por sí mismas, sino también el indudable atractivo que presenta España para la inversión en renovables.
De hecho, el grupo portugués tiene previsto desprenderse de activos por valor de 700 millones; sin embargo, la cifra puede elevarse ante el apetito que muestran los inversores institucionales por activos eólicos. España tiene claras ventajas a su favor que explican esa alta demanda, como son la abundancia de liquidez y la estabilidad con la que la reforma energética ha dotado a la legislación.
A ello debe sumarse el conocimiento acumulado en este sector, la tecnología competitiva a escala internacional o los abundantes recursos naturales. Frente a fuerzas como éstas, ya no cabe alegar, como aún en años recientes se hacía, que las renovables no podían competir con los hidrocarburos o los servicios (luz, gas, agua, teléfono) y necesitan ayuda estatal mediante primas. La inversión en este ámbito es rentable y tiene todo el potencial para erigirse en un polo de innovación y de crecimiento para España.