La constructora OHL está ansiosa por revertir la suspensión parcial a la que se encuentra sometido su proyecto de renovar el complejo de edificios de la madrileña Plaza de Canalejas. El Ayuntamiento, cuando aún era alcaldesa Ana Botella, decretó esa suspensión ante la sospecha de que la empresa que preside Juan Miguel Villar Mir no había respetado las limitaciones de la licencia municipal, y había demolido más elementos de los permitidos en unas construcciones que tienen carácter de bien histórico.
Como cabía esperar, la constructora presentó alegaciones, las cuales deben someterse a estudio de la Comisión de Patrimonio, compuesta por el Ayuntamiento y el Gobierno regional madrileños. Pese a las prisas de OHL, no ha sido posible que la Comisión decidiera antes del desembarco del equipo de Gobierno de la alcaldesa Manuela Carmena y es lógico que uno de sus integrantes, el concejal de Desarrollo Sostenible, José Manuel Calvo del Olmo, se resista a pronunciarse, en el seno de la Comisión, sobre lo ocurrido en Canalejas, hasta disponer de todos los datos.
Lo mismo tendrá que hacer el representante de la Comunidad, una vez que Cristina Cifuentes sea investida presidenta pasado mañana. OHL tiene que asumir esta demora, e incluso la posible paralización del proyecto, en la medida en que la manera en que ha arramblado con forjados, techos y escaleras hace sospechar, no sólo que sobrepasó la licencia, sino que además tendrá que acometer una labor de restauración.