
Ser celíaco -alérgico al gluten- entraña numerosos riesgos a la hora de adquirir productos. La posibilidad de que el pan se contamine por el contacto fortuito con esa proteína en las panaderías tradicionales es uno de los principales temores de este colectivo. Por ello, las farmacias de la Comunidad Valenciana lideran una iniciativa para vender pan y bollería con plena garantía de que son aptos para celíacos.
La apuesta podría extenderse al resto de España y era previsible que despertara recelos entre los panaderos. Sin embargo, la medida responde a una cuestión de salud, muy lejana a cualquier afán de competencia desleal, y por tanto parece normal que estos establecimientos despachen este tipo de producto en un mercado abierto.