Editoriales

México actúa como el 'caso OHL' merece

Ante un mismo escándalo, el presunto inflamiento de peajes en el Viaducto Bicentenario por parte de la filial mexicana de OHL, la matriz española y el Gobierno azteca no podrían tener una actitud más dispar. El presidente de la primera, Juan Miguel Villar Mir, volvió ayer a invocar una supuesta "campaña de difamación" y a cargar contra el directivo destituido Pablo Wallentin.

El Ejecutivo mexicano, por el contrario, se embarca en una auditoría a fondo que, lejos de agotarse en el Viaducto, se extenderá a los casi 4.000 millones en concesiones que OHL tiene en México. Es un golpe a la credibilidad en bloque de la constructora y a su presidente, Villar Mir, cuyas explicaciones, hasta ahora, no han estado a la altura de la verdadera importancia del escándalo.

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