El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, se ciñó ayer otra vez al rol combativo al que tanto ha recurrido en los últimos meses y rechazó las medidas de austeridad que sus socios del euro exigen para concederle ayuda financiera. El afán de Varoufakis de tensar otra vez la cuerda, muestra a las claras su propósito de apurar los plazos hasta su próximo vencimiento (5 de junio) y arrancar a la antes llamada troika, no un acuerdo efectivo, sino un crédito extraordinario o un simple aval que permita ganar tiempo.
La UE debe plantarse ante el cortoplacismo heleno y dejar claro a Atenas que es tiempo de encontrar una solución definitiva que, si quiere ser justa, debe pasar por el cumplimiento del memorando del segundo rescate, que Grecia aseguró que respetaría.