El multimillonario mexicano Carlos Slim desarrolla, en los últimos meses, una auténtica ofensiva en España. Tras convertirse en el accionista mayoritario de FCC, Slim hizo patente este mismo mes su completo control sobre la constructora al dejar arrinconado el plan de acción del todavía consejero delegado Juan Béjar. Carlos Slim tomará el control de Realia
Una de las líneas maestras de esa hoja ruta pasaba por vender la participación de FCC en Realia. La que fue una de las inmobiliarias premium españolas se convirtió, bajo la Presidencia de Ignacio Bayón, en un lastre para la constructora hasta el punto de que el enfrentamiento entre Bayón y la (hasta el año pasado) mayor accionista de FCC, Esther Koplowitz, era manifiesto.
Sin embargo, la constructora no se deshará de Realia de la manera en que Juan Béjar diseñó. Lejos de abandonarla, Slim se refuerza en ella comprando, a través de su propia inmobiliaria (Carso), el 24,95% de la compañía que estaba en manos de Bankia, con el objetivo de, posteriormente, hacerse con el 100% de las acciones, al mismo precio al que ayer las adquirió (0,58 euros por título). El magnate aprovecha así el precio de derribo (inferior en más de un 30% a la cotización de la compañía), última herencia de la pésima gestión de Bayón.
Sin duda, toda la cúpula será sometida a una profunda renovación que desplazará a los directivos responsables de decisiones inauditas como subirse el sueldo mientras decidían despidos en la plantilla. Pero, más allá de esos ajustes, la nueva Realia, junto a FCC, constituirá un paso más para reforzar a Slim, en un momento en el que el sector constructor despierta en España y también en México, gracias a las vigorosas expectativas de crecimiento del país azteca.