El propietario de Mango, Isak Andic, sigue el ejemplo de Amancio Ortega, y pone el punto de mira en el ladrillo. Su principal objetivo ya no será la bolsa o la deuda pública, sino los inmuebles. En 2011 dio ya sus primeros pasos al transformar cinco de sus sicavs (sociedades de inversión en capital variable) en firmas inmobiliarias. Su idea es hacerse con edificios singulares a través de la sociedad instrumental Punta Na, para destinarlos al alquiler de sus propias tiendas. Una política inteligente de aprovechamiento de sinergias que le permite estar en zonas premium de importantes capitales a un precio menor. Andic, al igual que Ortega, con Pontegadea, explotará una vía fructífera de obtención de mayores recursos, que podrá emplear en su expansión exterior.