La precaria situación del sector bancario y la necesidad de satisfacer los requisitos de saneamiento han constreñido en estos años la liquidez de las entidades. Una circunstancia que propició que muchas optaran por retribuir al accionista mediante el scrip dividend o pago en acciones. Sin embargo, BBVA y Santander han marcado un punto de inflexión al anunciar la vuelta al efectivo y hoy se espera que lo haga el Popular. La política está justificada ya que en 2016, toda la banca podrá retribuir en efectivo sólo con la mitad de su beneficio, tal y como pide Bruselas. El pago en metálico puede suponer una reducción nominal del dividendo, pero evita que los accionistas acumulen títulos cuyo valor se diluye. El tiempo del pago en papel pasó.