Editoriales

No es tiempo para triunfalismos

Tras los principales organismos internacionales y el Gobierno, ahora son las casas de análisis las que mejoran sus expectativas sobre la economía española en 2015. Ayer, Funcas revisó su pronóstico de avance del PIB hasta el 2,4%, acompañado de la creación de 330.000 empleos. El lunes que viene será el IEE el que, muy probablemente, eleve sus pronósticos. Mientras, las puras estadísticas muestran mejorías en varios frentes, incluso aquél que constituyó la zona cero de la crisis. No en vano la compraventa de viviendas creció un 16% interanual en octubre.

Es innegable que España recoge los frutos de los dolorosos ajustes que, sobre todo su sector privado, ha acometido, a los que se suman el abaratamiento del petróleo, acompañado por la depreciación del euro. Ahora bien, es discutible que este escenario baste para respaldar la afirmación de que "la crisis es ya, en muchos aspectos, historia", como hizo ayer el presidente Rajoy en su mensaje previo a las "navidades de la recuperación".

Paradójicamente, mantiene que nunca alimenta ánimos "infundados", al tiempo que adopta un tono parecido al de José Luis Rodríguez Zapatero en su afirmación de que "la recuperación ha comenzado" de 2009. La posibilidad de que se repita una recesión como la que se inició en 2010 es baja, pero conviene no minusvalorar los efectos de factores como la inestabilidad política griega, la tensión en Rusia o la retirada de estímulos en EEUU.

También choca que Rajoy asegure que el cambio de ciclo se nota "en las cafeterías y en las nóminas", pero se sorprenda del impacto del mensaje "adánico" de Podemos. El triunfalismo está de más, con el paro aún en niveles récord, y la cautela todavía resulta recomendable.

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