Editoriales

Un órdago contrario a la competencia

Alcoa juega demasiado fuerte para conseguir arrancarle al Gobierno una factura eléctrica más beneficiosa. El gigante estadounidense no quedó satisfecho con la subasta de interrumpibilidad de noviembre. Mediante ese proceso, Industria reparte compensaciones a grandes consumidores por hacer el esfuerzo de desconectarse de la red en momentos de alta demanda. Alcoa se quedó entonces sin un 30% de la potencia bonificada a la que aspiraba y ahora presiona para que la nueva subasta de diciembre se haga a su medida y le adjudique 40 millones. Pretender alterar un proceso de libre concurrencia es de por sí grave, pero lo es más utilizar como respaldo para su órdago el cierre de plantas en Coruña y Avilés. Alcoa debe rectificar.

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