Producciones Con Mano Izquierda (CMI) intentó ayer responder a la publicación, por parte de elEconomista, de los documentos que prueban que entre 2012 y 2013 operó como una tapadera fiscal a la que el actual secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, desviaba los pagos en negro de los que se beneficiaba. CMI sólo pudo alegar que se encuentra "al corriente de sus obligaciones tributarias", una situación que se da por supuesta y que este diario en ningún momento ha cuestionado. Muy al contrario, entre los escritos divulgados, se encuentran las facturas que CMI cobraba a Canal 33, supuestamente, por la realización del programa La Tuerka que Iglesias dirigía. El problema estriba en que a esas facturas, de 500 euros al mes, les acompañaban recibís por valor de 1.500 euros a los que no se aplicaba el IVA, firmados por una representante de CMI (Sarah Bienzobas).
La productora no ha podido desmentir la existencia de esos recibís que, obviamente, quedan fuera de lo que consideraba sus "obligaciones" ante Hacienda. Sólo tras su publicación, el fisco cuenta con información para hacer las reclamaciones que crea pertinentes, una vez terminada la investigación que ya ha iniciado. Sin embargo, pese a la endeblez de los argumentos de CMI, éstos contrastan vivamente con el completo silencio sobre el escándalo que Podemos y, especialmente, Iglesias todavía mantienen. La estrategia es clara y consiste en poner en primera línea a la productora para evitar la exposición del líder de Podemos. Pero es éste el último responsable de la utilización de una supuesta asociación sin ánimo de lucro para hacer ingeniería fiscal. A Iglesias corresponde dar explicaciones y no continuar escondido.