Tras los difíciles años de reconversión, la banca española va por buen camino. Hasta el punto de que en el próximo año se prevé que sus beneficios crezcan un 42%. No obstante, los analistas son cautelosos y animan a tomar decisiones de inversión en el medio plazo, a pesar de que se esperan nuevos incrementos, lo que abaratará la acción. Por un lado, influye el hecho de que el sector sigue caro en relación con sus comparables. Cuatro bancos de nuestro país están en el top five de las entidades con el PER -número de veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción- más alto del Viejo Continente. A ello hay que sumar el hecho de que está todavía por ver cómo evolucionará la recuperación española frente a la atonía europea.