La reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que se celebró ayer ha creado más tensión entre sus miembros -entre los que están Irán, Irak o Arabia Saudí- con EEUU. Los países de Oriente están sobreproduciendo crudo para provocar una caída del precio y frenar las inversiones en fracking en EEUU, principal competidor. Así el precio del Brent se sitúa en los 75 dólares y el West Texas en los 71, lo que supone la mayor caída del petróleo en tres años. Tanto es así, que de perder los 68 dólares podría caer hasta los 40. Aunque esto no beneficia a los productores, la solución está lejos. En la economía global, sólo cabe esperar que un crudo barato ayude a una recuperación que sólo tiene un foco de crecimiento: la economía estadounidense.