Vestir un santo para desvestir a otro. Es lo que va a hacer el Estado. Vestir el AVE y dejar desnudo (o endeudado) a Adif. Así, Fomento, el principal beneficiado de los Presupuestos Generales del Estado de 2105, ya ha anunciado un ambicioso programa de actuaciones en el que se refuerza la apuesta por la Alta Velocidad con nuevos destinos a Almería o Castilla y León, entre otros. Las obras permitirán reactivar la economía y generar empleo, pero incrementarán la deuda del gestor público de infraestructuras ferroviarias en un 12%, hasta los 18.000 millones de euros. Una política arriesgada ya que engordar el pasivo puede echar por la borda los ajustes realizados que aseguren la viabilidad de la compañía.