Como no podía ser de otra manera, las patronales han recibido con gran alivio el plan de reindustrialización que prepara el Gobierno y que ha sido publicado en exclusiva por elEconomista. La necesidad de recuperar la industria es ya una prioridad en Europa, pero sobre todo en España, donde más de la mitad de los jóvenes en edad de trabajar no encuentra empleo. Para los empresarios, la Agenda de Industria generará trabajo y competitividad. La Comisión Europea establece como objetivo que la industria represente el 20% del PIB europeo en 2020. España, con un escaso 15%, va muy retrasado.
El Plan del Gobierno nace con la pretensión de devolver a la industria el papel de motor económico. Sin embargo, hay dudas más que razonables en un documento que, de entrada, es poco sensible con el precio de la energía. El Gobierno debe de ser consciente de que necesitamos reducir los costes energéticos para mantener el tejido industrial. El Plan se limita a enumerar 96 medidas "sin concreción de cifras, calendario o presupuesto". Se echan de menos medidas concretas. Falta el cuándo y, sobre todo, falta el cómo. Es necesario explicar de dónde saldrá el dinero en un momento difícil para el Gobierno, obligado a seguir con los ajustes. De ahí el temor más que justificado de que las buenas intenciones del documento se queden atrapadas en la maraña burocrática justo cuando nuestra economía demanda un cambio de modelo productivo que genere empleo y atraiga nuevas inversiones.