El presidente de Canarias, Paulino Rivero, está decidido a continuar con la batalla contra las prospecciones petrolíferas en el archipiélago. Rivero se desdice así de su programa político y se deja llevar por el populismo en contra de las perforaciones. El presidente autonómico acudió ayer al cara a cara con el presidente de Repsol, Antonio Bufrau, y con el director general de Negocio de CaixaBank, Juan Antonio Alcaraz, en su papel de salvador de la isla sin valorar las intenciones de Repsol, que aseguró que cumplirá los máximos niveles de seguridad. Pero Rivero debería olvidarse de intereses electoralistas y replantarse una nueva fuente de abastecimiento energético que conllevaría una generación de empleo y el crecimiento económico para el archipiélago y para España.