La salida a bolsa de Aena el próximo otoño está causando gran expectativa por ser la operación más importante que se va a realizar este ejercicio. Fomento pone en el mercado el 49% de la operadora de aeropuertos. Una decisión criticada por Competencia, que hubiera preferido una privatización por lotes y que afectase al cien por cien de la compañía. Ello no le resta interés ante el mercado, que ve la compañía como una clara candidata a formar parte del Ibex. Además, la colocación de Aena va a ser la única a la que podrán acudir los inversores particulares este año. Lo que más interesa a los futuros accionistas es la rentabilidad que pueden obtener si compran títulos del gestor aeroportuario.
Entre las fortalezas que presenta el operador está su bajo coste de financiación (2,1%) frente a otras compañías del sector, a lo que hay que añadir sus buenas previsiones de beneficio después de que el año pasado alcanzara los 597 millones de euros.
Desde el primer año la operadora, como otras del sector, va a repartir dividendo aunque estará en línea con el que abonan otros competidores suyos (2,3%). Este porcentaje es inferior a la media del 4,5% con que retribuyen a sus accionistas las empresas que cotizan en el mercado español. Una circunstancia que no parece vaya a ser un freno para los inversores que entienden las prioridades de la compañía.
Aena es el operador que en la actualidad posee una mayor red de aeropuertos, tiene intención de seguir creciendo y continuar con el programa de compras previstas, al tiempo que reduce deuda. Ello aconseja una distribución prudente de dividendo para afianzarse como referente mundial y ganar atractivo ante los inversores.