Editoriales

Una televisión pública distinta

Teledeporte

Pese a las ayudas, RTVE prevé cerrar el año con pérdidas de 130 millones de euros, dinero que pagan todos los contribuyentes.

Sólo tres semanas han sido suficientes para testar que 'El pueblo más divertido', el nuevo estreno del ente público para el verano, es un fiasco que nos ha costado a todos los españoles la friolera de 3,5 millones de euros. Pero, ¿cuánto tiempo hace falta para que el Ejecutivo se dé cuenta de que el actual modelo de RTVE está agotado?

Ahora, el posible cierre de Teledeporte hace inaplazable el debate de la privatización. La pérdida de audiencia ha dejado a la empresa a la deriva con unos números inasumibles en un momento en el que a todos los españoles se les pide que se aprieten el cinturón.

Pero más allá de las razones económicas (se prevé que RTVE pierda en 2014 unos 130 millones) hay un trasfondo político poco transparente, que no puede quedar al margen. A los distintos gobiernos, sean del color que sean, no les duelen prendas mantener costosos medios de comunicación que pagamos todos para ejercer el control de la información sin cuestionarse siquiera qué hace un medio de comunicación en manos del poder político.

El problema se repite también en las autonómicas. Los gobiernos regionales han gastado 7.688 millones en sus teles desde la crisis y hasta ahora sólo Canal Nou ha echado el cierre. Un ejemplo claro de que faltan medidas valientes, decisiones de calado que hagan replantarse el futuro de un ente, como RTVE, que no puede aspirar a grandes audiencias con el dinero de todos.

Que los poderes públicos hagan competencia desleal a las teles privadas carece de sentido, como tampoco se entiende que el Gobierno no exija a RTVE un recorte más profundo y le cierre definitivamente el grifo de los presupuestos.

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