El escándalo de las facturas falsas de UGT Andalucía sigue dando que hablar, aunque el sindicato está afincado en su inmovilismo tradicional y no acota el fraude. La Guardia Civil confirmó que el desvío de fondos públicos de formación sería la vía más importante de financiación del sindicato que se realizaba de forma sistemática año tras año. Se efectuaron además 14 detenciones, entre ellos, trabajadores o extrabajadores ugetistas y empresarios que participaban en el inflado y la producción de facturas fraudulentas para malversar fondos públicos. La Justicia está tomando medidas drásticas contra este fraude y Bruselas cortó las subvenciones a UGT. Ahora es el turno de la Junta de Andalucía, que no se entiende cómo todavía no ha eliminado estas ayudas a la formación para UGT-A.