El déficit de las Administraciones Públicas en 2013 se situó en el 6,6 por ciento del PIB. Se cumple el compromiso pactado con Bruselas -6,5 por ciento- que sólo se supera por una décima. Los municipios con su superávit de cuatro décimas han salvado las cuentas, porque tanto el Estado, como la Seguridad Social y las CCAA volvieron a fallar.
Es preocupante el resultado del sistema de pensiones que volvió a registrar un desequilibrio en torno al 1 por ciento, que está acabando con los ahorros depositados en el Fondo de Reserva. Para cuadrar el 6,6 por ciento, Montoro tuvo que derivar gasto de 2013 a 2014. Este año la exigencia de reducción del déficit va a ser mayor (hasta el 5,8 por ciento), un esfuerzo que exige que Hacienda remate la reforma del sector público.