Bruselas trabaja en una nueva directiva de impuestos energéticos que permitirá subir los tributos al diésel en ocho céntimos. Esta medida tendrá un gran impacto en España, donde el 67% del parque automovilístico utiliza gasóleo. Esta opción fue ganando adeptos porque se gravaba a un tipo inferior por litro que la gasolina, pese a su mayor contenido en energía y emisiones en CO2. La intención del Consejo Europeo es penalizar a los combustibles más contaminantes, lo que traducido al bolsillo de los conductores supondrá una media de cuatro euros más por llenar el depósito. La norma golpea a las aerolíneas y a los grandes consumidores eléctricos. Bruselas quiere fomentar los combustibles limpios eliminando la competencia fiscal.