Editoriales

Editorial: Una apuesta cara para poder crecer

Vodafone ha sellado la compra de Ono por 7.200 millones de euros. La teleco paga 3.850 euros por cliente -un precio muy elevado- para conseguir el efecto multiplicador de usuarios que le pueden dar los 45.000 kilómetros de fibra óptica. La operadora británica podrá poder ofrecer un servicio integrado, que le permita medirse con Telefónica. La cablera ha forzado la negociación, sabedora de que el baile de concentraciones en Europa le favorecía, y ha hecho un buen negocio. El fondo de capital riesgo que invirtió 1.000 millones en Ono en 2005 podrá salir del accionariado con una buena ganancia, una vez descontada la deuda de más de 3.000 millones. Una operación que introduce competencia y abre la puerta a nuevos movimientos corporativos.

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