Uno de cada cuatro analistas cree que Mario Draghi va a mover ficha el jueves en la reunión del BCE y bajará tipos. La Comisión Europea ya ha revisado sus previsiones de crecimiento, al alza, y de inflación, a la baja, para que en Fráncfort se puedan tomar decisiones. Hay que actuar para evitar la deflación, que arruinaría el crecimiento económico, más cuando surgen nuevas amenazas como el conflicto de Ucrania. Pero Draghi puede y debe ir más allá, como poner en tasas negativas la facilidad de depósito -el exceso de liquidez que las entidades depositan en el banco central- para facilitar el crédito. El gobernador ya advirtió que podría recurrir a métodos menos ortodoxos para incentivar un crecimiento débil. Ya es tiempo de hacerlo.